Lo conocí cuando yo enseñaba en la escuela secundaria y él era un estudiante de primer año, y nos volvimos amigos. Este mismo amigo, que ha servido junto a mí como editor durante muchos años, me acompañó en mi fiesta de jubilación y habló del legado de nuestra amistad de tantos años.

¿Qué tienen las amistades conectadas por el amor de Dios que nos animan y nos acercan a Jesús? El escritor de Proverbios entendía que las amistades tienen dos componentes alentadores. Primero, los verdaderos amigos ofrecen consejos valiosos, aun cuando no es fácil darlos o recibirlos (27:6). «Fieles son las heridas del que ama», explica el autor. En segundo lugar, un amigo que está cerca es importante en tiempos de crisis: «Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos» (v. 10).

En la vida, no es bueno que andemos solos. Como observó Salomón: «Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo» (Eclesiastés 4:9). En la vida necesitamos tener amigos y también ser amigos. Que Dios nos ayude a amarnos «los unos a los otros con amor fraternal» (Romanos 12:10) y a llevar «los unos las cargas de los otros» (Gálatas 6:2), transformándonos en la clase de amigos que pueden animar a los demás y acercarlos al amor de Jesús.

De: Dave Branon