El poeta inglés William Cowper encontró un amigo en su pastor, John Newton. Cowper sufría de depresión y ansiedad, y trataría de suicidarse varias veces. Cuando Newton lo visitaba, caminaban y hablaban de Dios. El pastor pensó que a Cowper lo beneficiaría mucho usar su creatividad y tener una razón para escribir sus poesías, así que decidió compilar un himnario, el cual incluyó muchas de sus canciones; entre ellas, «Dios se mueve de una manera misteriosa». Cuando Newton se mudó a otra iglesia, ambos continuaron en una fuerte amistad y se escribieron con regularidad durante el resto de la vida de Cowper.

Veo paralelos entre la profunda amistad de estos hombres y la de David y Jonatán en el Antiguo Testamento. Después de que David derrotó a Goliat, «el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó […] como a sí mismo» (1 Samuel 18:1). Aunque era el hijo del rey Saúl, defendió a David frente a los celos y el enojo del monarca, preguntándole a su padre por qué quería matarlo. Como respuesta, «Saúl le arrojó una lanza para matarlo» (20:33 LBLA). Jonatán esquivó el arma y se lamentó por este vergonzoso maltrato a su amigo (v. 34).

En ambos casos, el vínculo de amistad transmitió vida, al incentivarse unos a otros a servir y amar a Dios. ¿Cómo podrías hoy animar así a un amigo?

De: Amy Boucher Pye