William Shatner protagonizó al capitán Kirk en la serie de televisión Star Trek, pero no estaba preparado para un viaje verdadero al espacio. Llamó a su vuelo suborbital de once minutos «la experiencia más profunda que pude imaginar». Salió de su nave y dijo maravillado: «Ver el color azul pasando a tu lado, y estar viendo luego la oscuridad… eso impacta». Y agregó: «Miras hacia abajo y está azul, y hacia arriba y está negro […]. La belleza de ese color es tan breve, y en un instante, ya pasó».

Nuestro planeta es un punto azul rodeado de completa oscuridad. Es inquietante. Shatner dijo que volar de un color a otro es como entrar en la muerte: «En un instante, ¡guau, es la muerte! Esto es lo que vi. Fue tan conmovedor; una experiencia increíble».

El pasmoso vuelo de Shatner pone la vida en perspectiva. Somos pequeños objetos en el universo, y aun así, amados por Aquel que creó la luz y la separó de las tinieblas (Génesis 1:3-4). Nuestro Padre conoce dónde residen las tinieblas y las sendas de su casa (Job 38:19-20). Él «[fundó] la tierra […] cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios» (vv. 4-7).

Confiemos en nuestras pequeñas vidas a Dios que sustenta el universo con sus manos.

De: Mike Wittmer