Nadie hubiese creído que el skater brasileño de 16 años, Felipe Gustavo, se convertiría en «uno de los patinadores más legendarios del planeta». Su padre estaba convencido de que su hijo debía perseguir su sueño de patinar profesionalmente, pero no tenía dinero. Entonces, vendió su auto y llevó a Felipe a la renombrada competición de patinaje sobre tabla Tampa Am, en Estados Unidos. Nadie había oído hablar de él… hasta que ganó.

El padre de Felipe tuvo la habilidad de ver el corazón y la pasión de su hijo. «Cuando me convierta en padre —dijo Felipe—, quiero ser tan solo un cinco por ciento de lo que mi padre fue para mí».

Proverbios describe la oportunidad que tienen los padres de ayudar a sus hijos a discernir la forma particular en que Dios diseñó su corazón, su energía y su personalidad; y luego guiarlos y alentarlos hacia el sendero para el cual Él los hizo. «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él», escribió el autor (22:6).

Tal vez no tengamos muchos recursos ni un profundo conocimiento. Sin embargo, con la sabiduría de Dios (vv. 17-21) y nuestro amor atento, podemos ayudar a nuestros hijos y a otros niños a confiar en Dios y discernir qué caminos pueden seguir en la vida (3:5-6).

De: Winn Collier