Annie Johnson Flint quedó paralizada por una artritis pocos años después de la escuela secundaria. Nunca volvió a caminar y dependía de la ayuda de los demás. Gracias a sus poesías e himnos, recibió muchas visitas, incluida una diaconisa que se sentía desanimada con su ministerio. Más tarde, esta mujer le escribió, preguntándose por qué Dios permitía que Annie enfrentara cosas tan difíciles.
Annie respondió enviándole una poesía: «Dios no promete cielos azules siempre / senderos floridos durante toda nuestra vida…». Sabía por experiencia que suele haber sufrimiento, pero que Dios nunca abandona a sus amados. En cambio, prometió dar «gracia para las pruebas, ayuda de lo alto / compasión inalterable, amor sin fin».
Moisés también enfrentó luchas, pero sabía que Dios estaba con él. Cuando le entregó a Josué el liderazgo de los israelitas, le dijo que fuera fuerte y valiente porque el Señor su Dios iría con él (Deuteronomio 31:6). Sabiendo que el pueblo de Israel enfrentaría a enemigos tremendos al entrar en la tierra prometida, le dijo a Josué: «no temas ni te intimides» (v. 8).
Los discípulos de Cristo enfrentarán dificultades, pero tenemos al Espíritu de Dios que nos alienta. Nunca nos dejará.
De: Amy Boucher Pye