A primera vista, descarté la obra Consider the Lilies [Mira los lirios], de Makoto Fujimura, por considerarla una pintura simple y monocromática de un lirio aparentemente oculto en el fondo. Sin embargo, cobró vida cuando supe que estaba hecha con más de 80 capas de minerales triturados; un arte japonés conocido como Nihonga, o «arte lento». Visto de cerca, se observan capas complejas y bellas. Fujimura dice que ve el evangelio reflejado en la técnica de elaborar «belleza a través del quebrantamiento», así como el sufrimiento de Jesús trajo sanidad y esperanza al mundo.

El amor de Dios toma los aspectos triturados y rotos de nuestra vida, y crea algo nuevo y hermoso. El rey David necesitó la ayuda de Dios para reparar su vida quebrantada debido a sus propias acciones devastadoras. En el Salmo 51, después de tomar la mujer de otro hombre y hacerlo matar, David le ofreció a Dios su «corazón contrito y humillado» (v. 17), y rogó por misericordia. La palabra hebrea daká, traducida «contrito», significa «triturado».

Para que Dios rehiciera su corazón (v. 10), David tuvo que ofrecerle las piezas rotas, admitiendo su tristeza y su confianza. Confió su corazón al Dios fiel y perdonador, que toma con amor lo triturado y lo convierte en algo hermoso.

De: Lisa M. Samra