«Hay diferentes preguntas que un joven artista puede hacer —dice el cantautor Linford Detweiler—. Una es: “¿Qué debo hacer para ser famoso?”». Detweiler advierte que esa meta «abre la puerta a toda clase de fuerzas destructivas, tanto internas como externas». En cambio, con su esposa, han elegido un camino musical menos llamativo, en el cual «siguen creciendo durante toda la vida».
El nombre Joiada no se reconoce de inmediato, sin embargo, es sinónimo de toda una vida dedicada a Dios. Fue sumo sacerdote durante el reinado de Joás, el cual, gracias a él, reinó bien durante mucho tiempo.
Cuando Joás tenía solo siete años, Joiada fue el impulsor para establecerlo como un rey justo (2 Reyes 11:1-16). En la coronación, Joiada «hizo pacto entre el Señor y el rey y el pueblo, que serían pueblo del Señor» (v. 17). Cumplió su promesa e implementó reformas sumamente necesarias. «Y sacrificaban holocaustos continuamente en la casa de Jehová todos los días de Joiada» (2 Crónicas 24:14). Por su dedicación, «lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes» (v. 16).
Eugene Peterson llama a una vida tan enfocada en Dios «una larga obediencia en la misma dirección». Irónicamente, tal obediencia se destaca en un mundo que busca la fama, el poder y la satisfacción personal.
De: Tim Gustafson