El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong y Buzz Aldrin se transformaron en los primeros humanos en caminar sobre la superficie de la luna. Pero no solemos pensar en la tercera persona de su equipo, Michael Collins, el cual piloteaba el módulo de comando de la Apolo 11.
Cuando sus compañeros bajaron a probar la superficie lunar, Collins esperó solo del otro lado de la luna. Estaba incomunicado de Neil, de Buzz y de todos en la tierra. El centro de control de la NASA comentó: «Desde Adán, ningún ser humano ha conocido la soledad como Mike Collins».
A veces, nos sentimos completamente solos. Imagina, por ejemplo, cómo se habrá sentido José, el hijo de Jacob, cuando sus hermanos lo vendieron y fue llevado de Israel a Egipto (Génesis 37:23-28). Después, lo arrojaron a un mayor aislamiento, cuando lo acusaron falsamente y lo encarcelaron (39:19-20).
¿Cómo sobrevivió José en la prisión en una tierra lejana? Escucha esto: «el Señor estaba con José en la cárcel» (v. 21 NTV). Génesis 39 nos recuerda esta verdad reconfortante cuatro veces.
¿Te sientes solo o aislado de los demás? Aférrate a la verdad de la presencia de Dios, que Jesús mismo prometió: «He aquí yo estoy con vosotros todos los días» (Mateo 28:20). Con Jesús como tu Salvador, nunca estás solo.
De: Dave Branon