Bruno y Katia se contemplan radiantes. Al mirar el gozo en sus rostros, jamás habrá adivinado todos los problemas que tuvieron con sus planes de boda por las restricciones del COVID-19. Aunque había solo 25 familiares presentes, la pareja irradiaba gozo y paz mientras intercambiaban sus votos, debido al amor que se tenían; y expresaron su gratitud por el amor de Dios.

La imagen de los novios deleitándose el uno en el otro es la imagen que el profeta Isaías pintó para describir la clase de deleite y amor que Dios siente por su pueblo. En una descripción bella y poética de la liberación prometida por Dios, Isaías les grabó a sus lectores que la salvación que Dios les mostró reflejaba la realidad de vivir en un mundo roto: consuelo para los quebrantados, gozo para los que lloran y provisión para las necesidades de su pueblo (Isaías 61:1-3). Dios ofreció ayudar a su pueblo porque, al igual que los novios celebran su amor mutuo, «así se gozará contigo el Dios tuyo» (62:5).

Es una verdad maravillosa que Dios se deleita en nosotros y desea relacionarse con nosotros. Aun cuando luchamos en medio de los efectos de vivir en un mundo roto, tenemos un Dios que nos ama, no a regañadientes, sino con un amor que se goza y que dura «para siempre» (Salmo 136:1).

De: Lisa M. Samra