Este comportamiento obedece a factores muy variados de tipo cultural, social, económico, político, jurídico y sicológico, los cuales han venido modificando las estructuras y dinámicas familiares, afectando la vida y la estabilidad de los hogares y la de sus miembros, especialmente la de los menores.
Se suele decir que el matrimonio está en crisis, y que frente a su disminución, podría ser una figura que reduzca aún más su importancia e incidencia social.

Desde mi perspectiva, creo que el matrimonio, pese a todo, no solo no ha perdido vigencia, sino que está recobrando relevancia, a partir de un re-descubrimiento de sus características fundamentales y de su impacto en el bienestar de las familias y la de sus miembros.

En efecto, conforme los Estados empiezan a adoptar políticas públicas para fortalecer y promover la sostenibilidad de las familias, se dan cuenta de que es a partir del establecimiento de matrimonios sólidos, estables, saludables y funcionales, como se pueden obtener mayores y mejores resultados en los indicadores de bienestar de las familias y de sus miembros.
Fernando Pliego Carrasco, doctor en Ciencias Sociales del Colegio de México y profesor-investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, elaboró un trabajo analizando la información suministrada por 351 estudios realizados en 13 países democráticos, observando la relación que tienen las diversas estructuras familiares con importantes temas de bienestar en las áreas de educación, seguridad física, relaciones entre padres e hijos, funcionamiento de la pareja, salud sexual, trabajo, vivienda, entre muchos otros más.

El trabajo del doctor Pliego muestra que las estructuras familiares sí inciden en el grado de bienestar de las familias, y que aquellas familias afianzadas en matrimonios sólidos, estables y saludables, tienen una más positiva repercusión en el bienestar de los miembros del hogar, sobre todo de los hijos e hijas.
Por esta razón es que los países que están impulsando seriamente políticas y programas dirigidos a la familia vuelven sus ojos al matrimonio. Están re-descubriendo la esencia y relevancia del matrimonio, porque esta institución tiene en sí misma y en sus características fundamentales un impacto en la construcción de sociedades más fuertes, seguras, sólidas y sostenibles.

Christopher Wolfe, reconocido escritor y profesor de Política en la Universidad de Dallas, en un reciente ensayo publicado en julio de 2015, plantea una definición de matrimonio que revela precisamente ese carácter esencia y esas características fundamentales que tiene el matrimonio para la familia y la sociedad: “…El matrimonio no es algo convencional que la sociedad define a su antojo. Es ‘pre-político’, tiene una naturaleza independiente de los deseos humanos, fuera del alcance de la manipulación humana. Algunos aspectos del matrimonio pueden variar en diferentes momentos y lugares, pero hay otros ‘no negociables’, que sin ellos el matrimonio no sería una institución distinta de los contratos ordinarios…El matrimonio es una alianza formal, entre un hombre y una mujer, establecida por el consentimiento libre (de ambos), que constituye una unión de por vida, y en particular una relación sexual exclusiva, orientada fundamentalmente hacia la procreación y la educación de los hijos, y a una vida de mutuo apoyo y fidelidad”.

De acuerdo con lo que propone el profesor Wolfe, hay diez características claves del matrimonio:

  1. El matrimonio es un vínculo social y jurídico oficialmente reconocido por la sociedad.
  2. El matrimonio es una comunidad, comunión o unión de vida (entrega del uno al otro, reciprocidad, compartir una vida en común).
  3. El matrimonio es sexualmente exclusivo (fidelidad).
  4. El matrimonio es establecido por el consentimiento libre (un compromiso de uno mismo para toda la vida no puede ser impuesto a nadie).
  5. El matrimonio es entre dos personas e implica la monogamia (la mutua y completa entrega solo es posible entre dos personas).
  6. El matrimonio es entre un hombre y una mujer (vínculo basado en la diferenciación y complementariedad sexual).
  7. El matrimonio es para toda la vida (estabilidad y seguridad para la crianza de los hijos y la vida conyugal).
  8. El matrimonio está orientado a la procreación de los hijos.
  9. El matrimonio está orientado a la crianza y educación de los hijos.
  10. El matrimonio se orienta hacia una vida de apoyo conyugal mutuo, en todos los niveles (amarse, cuidarse y respetarse física, emocional y financieramente).

En tiempos donde algunas tendencias ideológicas pretenden devaluar unos y redefinir otros al matrimonio, es muy importante tener clara la esencia y verdadera relevancia que tiene para la sociedad esta institución natural e insustituible de la humanidad. Por eso no es de extrañar que cada vez más países se dan cuenta de la necesidad de promover políticas familiares fundamentadas en matrimonios fuertes y sostenibles.