Lo ideal es luchar a toda costa por la familia que se tiene, pero si ya se encuentra en una familia reconstituida, hay que hacerlo de la mejor forma posible.
La construcción de este tipo de familias ha sido recurrente en nuestra época, por esto es necesario abordar las necesidades que surgen entorno a estas familias, las relaciones entre sus miembros y el desenvolvimiento de los hijos en la sociedad.
Hablar de lo que sucede dentro de estas familias es un tema muy común desde la visión de los padres, pero no desde la vivencia de los hijos. Por esto, he querido compartir con usted la visión de una hija que ha experimentado esta situación.
¿Cómo suelen manejar los padres la reconstitución de su familia?
En algunas ocasiones, debido a que uno o ambos cónyuges ya han tenido una relación “fallida”, desean hacer todo lo posible para no cometer los mismos “errores” de sus historias anteriores, esto puede influir en que disminuyan la atención prestada a los hijos y a sus sentimientos frente a esta situación.
Los hijos incluso pueden sentir que el padre o la madre deja de lado sus opiniones y que, de cierta forma, impone a una nueva persona como figura paterna o materna otorgándole autoridad sobre ellos.
¿Cómo deberían manejar los padres la introducción de una nueva persona en la familia?
- Sea sincero con sus hijos. Le recomiendo que si recientemente finalizó la relación con el padre o la madre de sus hijos, hable con ellos acerca de lo que está sucediendo. No esconda información para “protegerlos” porque esto puede desestabilizar la familia.
- No presente a su nueva pareja como si fuera “un amigo”. Cuando esté seguro de construir una nueva relación, no les diga a sus hijos que solo es un amigo; los hijos percibimos todo lo que sucede a nuestro alrededor y logramos deducirlo. Diga la verdad, haga que se sientan incluidos en su vida.
- Propicie el tiempo para conocerse y compartir. Es muy importante que la nueva pareja interactúe con sus hijos. Compartan tiempo como familia y en todo momento observe la dinámica entre su pareja y sus hijos; ésta no necesariamente será de padre e hijo, puede ser de amigos o familia, pero siempre deben de percibirse el respeto y la cordialidad. Recuerden que no solo es importante la relación que usted lleve con su pareja, sino también que ella se sienta a gusto pasando tiempo en familia con sus hijos.
- No obligue a sus hijos a una cercanía que solo genera el tiempo y la confianza. No los obligue ni pretenda que su hijo llame a su pareja papá o mamá, eso debe ser decisión de cada niño. Eso sí, incluso si los hijos no quieren mantener una relación cercana con su nueva pareja, deben aprender a respetarla.
- Recuerde que la autoridad sobre el niño es de los progenitores. Tome las decisiones que involucran a sus hijos con el padre o la madre. Puede tomar en cuenta la opinión de su nueva pareja, pero la decisión final queda entre los padres. Al hacer esto, usted respeta el hecho que sus hijos tienen otra figura de autoridad además de usted, y que no intenta alejar a su ex pareja de sus hijos.
¿Qué hacer en caso de que el hijo no acepte la relación?
En algunos casos, los hijos pueden sentirse rechazados por los padres o piensen que han hecho algo mal y que no son suficientes; esto podría influir en la aceptación y el ajuste a la nueva pareja y la situación familiar. También es común que no se sientan parte de la composición de esta nueva familia, porque no es su familia de origen, no está su otro progenitor, y si la nueva pareja tiene otros hijos, pueden sentir amenazado su lugar en la familia.
Estos sentimientos no son necesariamente ocasionados por alguna mala acción de los padres sino como una reacción normal a la situación. Cuando esto suceda:
- Los padres deben esforzarse para que sus hijos se sientan a gusto y seguros del amor y el cuidado de sus padres.
- No se debe reaccionar negativamente hacia lo que el hijo siente, sino validar sus emociones y si es necesario buscar ayuda profesional que le permita un mejor ajuste a la nueva situación familiar.
- Escuche lo que siente su hijo. No dé por sentado que su hijo es muy pequeño, no entiende o que es demasiado inmaduro como para hablar de la situación. Mantener las vías de comunicación abiertas es lo más importante. De esta forma usted también afianza la relación que tiene con su hijo. Si sabe lo que piensa, sabrá cómo manejarlo y qué palabras decirle.
- No se debe interpretar la actitud del hijo como una manera de boicotear la nueva relación, aunque en algunas ocasiones esto sucede. Este es un proceso que requiere paciencia y sabiduría para ir asimilando la situación paulatinamente de parte de ambas partes.
- Se debe fortalecer la relación del hijo con su madre o padre progenitor. Esto es extremadamente importante tanto para el crecimiento de su hijo como para que se desarrolle la relación con su nueva pareja y crezca la confianza en usted.
- Si la nueva persona es amable con su hijo e intenta ser empático con la situación y mantienen una relación sana, van por buen camino.
Tenga en mente que su hijo es prioridad en su vida, y por lo tanto, todo proyecto que los involucre, debe llevar el proceso necesario para que sea beneficioso para todos en casa. Aunque la reconstitución de una familia tiene sus retos, con amor y comprensión podrá mantenerla unida.