Una pareja se detuvo a mirar una pintura abstracta y observó latas de pintura abiertas y pinceles debajo del cuadro. Suponiendo que era un «proyecto en curso» que cualquiera podía ayudar a crear, agregaron algo de color y se fueron. Pero el pintor había dejado a propósito algunos suministros como parte de la exhibición final de la obra. Después de revisar la grabación del incidente, la galería no presentó cargos.
Los israelitas que vivían al este del Jordán generaron un malentendido cuando edificaron un gran altar junto al río. Las tribus del occidente lo consideraron una rebelión contra Dios; todos sabían que el tabernáculo era el único lugar aprobado por Él para adorar (Josué 22:16).
Las tensiones aumentaron hasta que las tribus del este explicaron que era solo una réplica del altar de Dios para que sus descendientes recordaran la unidad de Israel. Exclamaron: «el Señor Dios de los dioses, él sabe» (v. 22). Felizmente, los demás escucharon.
Como Dios «escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos» (1 Crónicas 28:9), las motivaciones de todos son claras para Él. Si le pedimos que nos ayude, tal vez nos dé la oportunidad de explicar nuestro proceder o la gracia para perdonar. Podemos acudir a Él cuando nos esforzamos por la unidad con los demás.
De: Jennifer Benson Schuldt