En 1979, el arqueólogo Gabriel Barkay desenterró dos pequeños rollos de plata, donde se encontraron grabadas en hebreo las bendiciones de Números 6:24-26: «El Señor te bendiga, y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el Señor alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz». Los eruditos afirman que los rollos datan del siglo vii a.C. Son las partes más antiguas de la Escritura que se conocen.
También es interesante dónde se encontraron. Barkay estaba cavando en una cueva en el valle de Hinom, el mismo lugar donde el profeta Jeremías le dijo al pueblo de Judá que Dios traería muerte sobre ellos por sacrificar a sus hijos (Jeremías 19:4-6). Este valle había sido el sitio de una maldad tan grande que Jesús usó la palabra «gehena» (una forma griega del nombre hebreo para «valle de Hinom») como imagen del infierno (Mateo 23:33).
En aquel lugar, cerca de la época en la cual Jeremías anunciaba el juicio de Dios sobre la nación, alguien grababa la futura bendición divina en rollos de plata. Un día, Dios volvería su rostro hacia su pueblo y le daría paz.
La lección para nosotros es clara. Aun si merecemos lo que nos acontece, podemos aferrarnos a la promesa de Dios. Su corazón siempre anhela a su pueblo.
De: Mike Wittmer