Después de que su avión fuera bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial, Prem Pradhan se lesionó al descender en un paracaídas. Como resultado, caminó rengo toda su vida. Una vez, señaló: «Soy rengo. ¿No es extraño que Dios me haya llamado a predicar el evangelio en la cordillera del Himalaya?». Y en Nepal predicó… pero no sin oposición, lo cual incluyó encarcelamientos en «calabozos de la muerte», bajo condiciones extremas. De quince años, pasó diez en catorce prisiones diferentes. Sin embargo, su valiente testimonio dio como fruto vidas cambiadas para Cristo, incluidos guardias y prisioneros que llevaron el mensaje de Jesús a sus pueblos.
Pedro enfrentó oposición por su fe en Jesús y por ser utilizado por Dios para sanar a «un hombre cojo» (Hechos 3:3; 4:9). Pero aprovechó la oportunidad para hablar valientemente de Cristo (vv. 8-13).
Como Pedro, hoy también podemos enfrentar oposición (v. 3), pero tenemos familiares, colegas, compañeros de estudio y otros que necesitan oír sobre Aquel en quien «hay salvación» (v. 12), que murió por nuestros pecados y resucitó para probar que podía perdonar (v. 10). Que todos puedan oír cuando, con oración y valentía, les proclamemos esta buena noticia de la salvación en Cristo.
De: Arthur Jackson