El dolor sin resolver había persistido entre Simón y Gerardo durante años, y los intentos de Simón de restaurar la relación habían encontrado resistencia. Después de enterarse de la muerte de la madre de Gerardo, Simón asistió al funeral. Más tarde, reflexionó sobre su encuentro: «No tenía ninguna expectativa sobre cómo saldrían las cosas, [pero] después del funeral, tuvimos una conversación provechosa. Nos abrazamos, oramos juntos y planeamos volver a encontrarnos». Si tan solo Simón y Gerardo hubieran podido reconciliarse antes, se habrían evitado mucho dolor.

Las palabras de Jesús en Mateo 5:21-26 ayudan a poner en perspectiva las tensiones entre personas. El enojo que puede llevar a estas desavenencias es un asunto serio (v. 22). Además, es necesario reparar la relación para adorar a Dios (vv. 23-24). Las sabias palabras de Jesús de ponernos «de acuerdo con [nuestro] adversario pronto» (v. 25) nos recuerdan que, cuanto antes busquemos la reconciliación, es mejor.

Las relaciones suponen un riesgo y exigen esfuerzo en todos los ámbitos de la vida. Pero como representantes del Señor, el «Príncipe de Paz» (Isaías 9:6), hagamos todo lo posible para abrir nuestro corazón y extender la mano a aquellos con los que tengamos conflictos sin resolver.

De: Arthur Jackson